Muchas veces me he encontrado con personas que aseguran que el éxito no es para ellos, que siempre que emprenden algo la derrota los persigue y lo pierden todo. Lo que no saben es que Dios nos ha dotado de todo lo necesario para que alcancemos el TRIUNFO que ya él nos ha otorgado, pero debemos cambiar nuestra mentalidad pobre y escasa que nos hace pensar que los obstáculos son más grandes que nuestro propósito.
Debemos entender que el área de batalla está en nuestra mente, la cual puede determinar el éxito o el fracaso. Tenemos que tomar autoridad sobre todo pensamiento de temor o derrota que el enemigo quiera poner sobre nosotros y enfocarnos en las promesas de Dios. Recuerda que: ¡Si tienes un pasado lleno de derrotas Dios puede cambiar tu futuro y llenarlo de victorias porque para los hijos de Dios el fracaso no es una opción!