La Palabra de Dios nos dice en el libro de Santiago 2: 17 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”. Las personas actúan de acuerdo con lo que creen. Por ejemplo, si creemos que una chimenea está caliente, no colocaremos nuestra mano sobre ella. Si creemos que las vitaminas son esenciales para la buena salud, las tomaremos. Las acciones que resultan de nuestra fe no son diferentes de las que resultan de otras de nuestras creencias. Si realmente creemos que Dios es quien dice ser y que la Biblia realmente quiere decir lo que dice, actuaremos en consecuencia de esto.
Como leímos en Stg.2:17 La fe sin obra es muerta, no da fruto. Si crees lo que dice la Biblia, el fruto de tu fe manifiesta lo que crees. Tu actitud de fe marcará el camino al éxito y obtendrás el fruto de la victoria por aquello en que te has parado firme creyendo. Pero si tu actitud no es correcta, y haces las cosas por hacerla, aburrido, fastidiado de lo que has estado viviendo y realmente en tu corazón no hay esa actitud correcta, difícilmente alcanzarás pronto lo que tanto anhelas, porque con una mala actitud lo que estarás haciendo es retrasando tu milagro. Recordemos lo que pasó en Lucas 5:4-6 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Podemos ver que aun cuando Pedro lavó sus redes porque no habían pescado nada toda la noche, su obediencia y buena actitud ante el pedido de Jesús hizo que su fe se activara, creyó en lo que dijo el maestro y lanzó su red una vez más, no importando que la había lavado, que había pasado toda la noche pescando y que además estaba cansado. Pedro dijo “en tu palabra echaré la red” . Tuvo una excelente actitud. Él pudo haberse quejado, dicho que no, decirle Señor yo soy pescador y sé que no es buena hora para ir, ya estoy agotado toda la noche pescando y nada. Su fe en la Palabra de Jesús hizo la diferencia y causó que el cielo se moviera a su favor y hubo tal bonanza que dice la Biblia que hubo una cantidad de peces que su red casi se rompía. Esa ha de ser nuestra fe y nuestra actitud inquebrantable aun a pesar de haber echado las redes muchas veces y sentirnos agotados. Dile al Señor, en tu Palabra volveré a echar mi red y sé que esta vez recibiré lo que tanto he orado y clamado, en el nombre de Jesús.