No pierdas el enfoque

Ese día Jesús entró a Jerusalén. Lo vemos desde un ángulo diferente pues viene montado en una asno que podemos relacionarlo con la humildad que caracterizaba a Jesús pues antes lo habían visto como sanaba a los enfermos, que alimentaba espiritual y físicamente al pueblo, pero en ese momento Él estaba caminando en completa obediencia aún sabiendo cuál era su propósito y aún más sabiendo que la multitud que le aplaudía, que de labios le gritaban HOSANNA en las alturas, iba a ser el mismo pueblo es que le iba a proclamar ¡crucifíquenlo!.

Esto tienes que llevarlo a tu vida diaria, que nada te desenfoque del destino profético que fuiste marcado, que las palabras de las personas a tu alrededor no te afecten. 

Hechos 12:2 “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. 
 

Mensaje extraido de la predica “ENTRADA TRIUNFAL”